ENTREVISTA
A JESÚS MANUEL GALLARDO
Jesús
Manuel Gallardo es profesor de Filosofía y Economía en Cuarto de
Eso, de Geografía e Historia en Tercero de Eso y profesor de
Religión en Primero, Segundo, Tercero y Cuarto de Eso y Tutor de
Tercero Eso. Es coordinador de Pastoral de Community Manager del
Centro. Trabaja en el Colegio María Auxiliadora de las Salesianas de
Majadahonda. Su enseñanza se basa en un proyecto innovador de
aprendizaje cooperativo basado en proyectos y del uso integrado de
las TIC.
¿Qué te
aporta como docente el ofrecer estos cursos?
- La verdad es que cuando uno viene a impartir un curso a docentes, siempre viene con “temor y temblor”, como los antiguos profetas ante la presencia de lo sagrado porque nunca sabes si lo que ofreces les va a llegar. Sin embargo, bastan unos minutos al comienzo de cada sesión para darte cuenta de que lo que ofreces es tu experiencia vital y eso siempre convence y llena.
- Una segunda experiencia es que nunca vengo a “enseñar”, porque siempre, siempre el acto de la educación-enseñanza requiere de un tú del que se aprende. Siempre me llevo lecciones de vida, ideas nuevas para mis clases y sobre todo el buen sabor de hacerme consciente de que no somos islas, de que muchos profesionales pasan por las mismas situaciones que tú y que juntos vamos más lejos.
- Por último, siempre mejoro algo para mis clases. Dice un adagio latino “Docentes, docendo discimus”, los que enseñamos, ensañando, aprendemos. Y es una verdad muy lógica, cuanto más enseñas a hacer algo, mejor lo aprendes tú.
¿Cuál
fue tu motivación inicial para ser profesor de Religión?
- Lo cierto es que viví una vida en la que ser animador de grupos de fe formaba parte de mi identidad. A la hora de ir definiendo mi orientación profesional, la ayuda y el cuidado a los demás siempre estuvo presente, quizá por eso mi primera carrera fue enfermería. Sin embargo, me di cuenta de que lo que quería era formar y transmitir mi experiencia de fe pero desde el punto de vista profesional… así que el camino de elección fue fácil.
- Después me he ido formando para tener un perfil más amplio desde el punto de vista profesional porque estoy convencido de que no enseñará Historia o Filosofía o Economía (que es lo que imparto ahora), alguien que no tenga formación en teología. Hacer confluir fe y razón es una de mis pasiones actuales y gracias a esta vocación de profesor de Religión, puedo llevar la fe donde no es evidente.
- Creo que quizá uno no se da cuenta de lo que va haciendo hasta que las cosas suceden y toman forma, pero ser profesor de Religión no es solamente una profesión, y por tanto una tarea, sino una vocación y por lo tanto una misión. Dar a conocer a Jesús, sin adoctrinar, creando pensamiento crítico y creativo y personas que conozcan el mensaje… ¡No me digas que no es apasionante!
Autores
de varios libros de innovación pedagógica apuestan por incluir la
Inteligencia Espiritual como una dimensión más del ser humano.
¿Cuál es tu opinión al respecto?
- Pues lo cierto es que he pasado por varias fases. En principio creo que a veces poner de manifiesto este aspecto puede echar atrás a los más reticentes y todos tienen derecho a ser educados en todas sus capacidades. Somos seres espirituales y tenemos que resolver situaciones que afectan a nuestro ser más íntimo. Algunos piensan que entre la Inteligencia interpersonal y la intrapersonal, se encuentra ya retratada la inteligencia espiritual y puede ser un acercamiento para poder ayudar a desarrollar esta inteligencia a los alumnos más reacios con el tema fe.
- Sin embargo, todos sabemos que por las presiones de currículo, calendario, agendas… lo que no se programa ni se toca… ¡a veces no llegas a dar ni lo programado! Así que es conveniente que al menos los docentes tengamos claro qué objetivos y cómo vamos a desarrollar la inteligencia espiritual de nuestros alumnos, aunque de entrada no lo digamos si vemos que puede causar rechazo, lo importante es que el docente lo tenga claro, asimilado y como propio.
- En esto sí que no hay tutía: enseñamos lo que sabemos, pero educamos con lo que somos. Si el profesor no vive y no tiene esta inteligencia desarrollada, podrá enseñar contenidos y eso es muy loable con la que está cayendo, pero la inteligencia espiritual se vive o no se contagia. No vale impostar, no logra el objetivo.
La
Asignatura de Religión tiene sin duda mucho por aportar a nuestros
alumnos. ¿Cómo vives tu vocación como Profesor de Religión?
- Creo que sin duda como una misión. No hay nada que dé más sentido cuando preparo mis clases que rezarlas, que mirar a los alumnos con los ojos de Dios para llegar a ser algo más misericordioso… ¡a veces es tan difícil!
- Estoy convencido de que si tienen un acercamiento intelectual sistemático y profundo y atractivo y en su lenguaje, es el primer paso para seguir a Jesús. Ojo, que nuestra asignatura no es una catequesis, ni pretende hacer cristianos, sino que nuestro objetivo es la inteligencia de la fe. Pero no podemos obviar, que, como decía aquella canción clásica: “es imposible conocerte y no amarte, es imposible amarte y no seguirte”.
- Realmente no somos evangelizadores en el sentido estricto, pero no podemos mirar a otro lado porque realmente en muchos casos es como un primer anuncio.
- Estar disponibles a nuestros alumnos es nuestro estilo. El “profe de Reli” tiene un algo especial que suscita rápidamente complicidad con nuestros alumnos. Ellos perciben que no nos preparamos solo académicamente, sino que hay algo detrás que nos sostiene… o mejor dicho Alguien. Y se transparenta en nosotros. Así lo intento vivir, con mis opacidades y mis transparencias, pero desde la fe.
Gracias
por invitarme a reflexionar sobre estos temas. Espero que el curso
tenga frutos también en nuestra vocación de profesores de Religión.
Muchísimas
gracias una vez más Jesús Manuel por compartir tu experiencia con
nosotros !
Angela
Ferrà,
Llicenciada
en Ciències Religioses.
Professora
de Religió.
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